UNIDAD DE ALERGIA PEDIÁTRICA
Rinitis y conjuntivitis alérgica
En nuestro país el 8-12% de los niños presentan rinitis y/o conjuntivitis alérgica. Los síntomas de esta enfermedad son estornudos, picor de nariz y/o ojos, congestión y mucosidad nasal, o enrojecimiento de los ojos.
Es importante identificar los antígenos que están ocasionando la alergia del niño. La historia clínica detallada (antecedentes familiares de alergia, identificar los meses del año con empeoramiento de los síntomas y su relación con la época de pólenes ambientales, la posible alergia a alimentos etc…), la realización de pruebas alérgicas cutáneas (prick-test) y sanguíneas (IgE, CAP, anticuerpos recombinantes IgE, etc), nos permitirá evaluar si la rinitis es de causa alérgica. Si la rinitis y/o conjuntivitis son de causa alérgica podremos realizar medidas preventivas de evitación de los antígenos que le ocasionan los
síntomas (recomendaciones para los ácaros, recomendaciones y mascarillas en época de pólenes, evitar contacto con animales, etc) y valorar el tratamiento con inmunoterapia (las denominadas comúnmente vacunas de la alergia). En nuestro medio las causas más frecuentes del asma alérgico son los ácaros del polvo de la casa, los pólenes de gramíneas, arbustos y árboles (olivo, salsola…), el contacto con animales (gato, perro, caballo), hongos (alternaria, aspergillus…), siendo menos frecuentes otros alérgenos.
Con una adecuada valoración de las causas y gravedad de la rinitis y/o conjuntivitis podremos ajustar en cada momento el tratamiento al grado de inflamación, iniciando precozmente el tratamiento más adecuado que nos permita el control rápido de los síntomas y evitar que la progresión a formas más graves de la enfermedad
Asma bronquial alérgica
El asma bronquial es la enfermedad crónica de los bronquios mas frecuente en la edad pediátrica, afectando en nuestro país al 12% de todos los niños, siendo muchos casos de origen alérgico. Se caracteriza por episodios recurrentes de tos seca, pitos en el pecho (sibilancias), sensación de falta de aire (disnea) y a veces opresión en el pecho. Muchas veces el asma bronquial se manifiesta o empeora con las infecciones respiratorias, el ejercicio o con las emociones.
Es importante identificar si el asma bronquial es o no de causa alérgica. La historia clínica detallada (antecedentes familiares de alergia, evaluar otros síntomas alérgicos del niño como rinitis o conjuntivitis, identificar los meses del año con empeoramiento de los síntomas y su relación con la época de pólenes ambientales, la posible alergia a alimentos etc, ….), la realización de pruebas alérgicas cutáneas (prick-test) y sanguíneas (IgE, CAP, anticuerpos recombinantes IgE, etc…), nos permitirá evaluar si el asma es o no de causa alérgica.
Si el asma bronquial es de causa alérgica podremos realizar medidas preventivas de evitación de los antígenos que le ocasionan los síntomas (recomendaciones para los ácaros, mascarillas en época de pólenes, evitar
contacto con animales, …. etc) y valorar el tratamiento con inmunoterapia (las denominadas comúnmente vacunas de la alergia). En nuestro medio las causas más frecuentes del asma alérgico son los ácaros del polvo de la casa, los pólenes de gramíneas, arbustos y árboles (olivo, salsola, ..), el contacto con animales (gato, perro, caballo), hongos (alternaria, aspergillus, ..), siendo menos frecuentes otros alergenos, aunque cualquier antígeno puede ocasionar una crisis asmática de origen alérgico (alergias alimentarias, picadura de himenópteros, …..).
En el seguimiento de los niños asmáticos debemos valorar el grado de inflamación de los bronquios mediante la realización de pruebas de función pulmonar (espirometría, peak-flow,..), y es muy importante en las crisis asmáticas cuantificar la gravedad del niño (valorar el grado de inflamación bronquial mediante espirometría, su saturación de oxígeno, etc). Con una adecuada valoración de la gravedad del asma bronquial podremos ajustar en cada momento el tratamiento de la enfermedad al grado de inflamación bronquial del niño, iniciando precozmente el tratamiento más adecuado que nos permita el control rápido de los síntomas y evitar que la progresión a formas más graves de la enfermedad
Alergia a las proteínas de leche de vaca
La alergia a las proteínas de la leche de vaca es una de las alergias más frecuentes en los niños menores de 1 año de edad. Debemos sospechar que su hijo puede tener alergia a las proteínas de la leche de vaca cuando tras la introducción del biberón aparecen a los pocos minutos síntomas cutáneos (zonas enrojecidas en zona de contacto o aparición de urticaria) acompañados o no de síntomas digestivos (nauseas, bocanadas o vómitos), reacciones que incluso pueden llegar a producir dificultad respiratoria y otros síntomas graves de anafilaxia (mareo, desvanecimiento, hipotensión..).
Con estos síntomas es muy importante diagnosticar si los síntomas son de causa alérgica mediada por IgE que pueden ocasionar anafilaxia, por lo que se debe realizar una valoración alérgica del niño (pruebas cutáneas y/o sanguíneas de alergia a los diferentes antígenos de las proteínas de leche de vaca), y una vez confirmado el diagnóstico indicarle cual es la leche que debe tomar su bebé, así como una información detallada de todos aquellos alimentos que pueden que pueden contener proteínas de leche de vaca (incluso trazas) y que deberá evitar siempre en la alimentación.
Hasta el 85% de los niños que son alérgicos durante el primer año de su vida desarrollan tolerancia y pueden ingerir sin problemas proteínas de leche de vaca a los 3-5 años de edad. Es importante conocer el momento en el que su hijo ha adquirido tolerancia a la leche de vaca y puede tomarla; por ello, antes de incorporar una alimentación normal con proteínas de leche de vaca (PLV) es necesario un seguimiento con valoración del estado de alérgico (pruebas cutáneas de alergia y/o pruebas sanguíneas para medir los anticuerpos IgE específicos frente a las proteínas de leche de vaca)
para determinar el momento mas idóneo de realizar una prueba de provocación para la introducción de la leche de vaca en la alimentación de su hijo.
En los niños en los que persiste la alergia a los 4-5 años de edad puede iniciarse un proceso de desensibilización a las proteínas de leche de vaca mediante un protocolo de inmunoterapia oral en el que de forma progresiva se van administrado dosis progresivas de proteínas de leche de vaca (ITO a proteínas de leche de vaca) hasta la mayor dosis tolerada por el niño. Este tratamiento es muy eficaz y le permite al niño comer en casi todos los casos alimentos con proteínas de leche de vaca y a la mayoría de ellos les permiten ingerir cantidades de hasta 200-250 ml de leche de vaca entera.
Esta enfermedad requiere el diagnostico, seguimiento y tratamiento por Pediatras con experiencia en:
- Diagnóstico, manejo y seguimiento de niños con alergia a proteinas de leche de vaca.
- Prick-Test a antígenos de las proteínas de la leche de vaca, carne de ternera, leche de cabra, lech de oveja,..
- Diagnósico y seguimiento de anticuerpos recombinantes a proteínas de leche de vaca.
- Experiencia en pruebas de provocacion oral en pacientes con alergia a proteínas de leche de vaca.
- Experiencia en inmunoterapia oral para la desensibilización alérgica de pacientes con alergia persistente a proteínas de leche de vaca.
Alergia a las proteínas del huevo
La alergia a las proteínas del huevo junto a la alergia de las proteínas de la leche de vaca es una de las alergias más frecuentes en los niños menores de 2 años de edad. Los niños con alergia a las proteínas del huevo suelen presentar en los primeros 30 a 60 minutos síntomas cutáneos (zonas enrojecidas y picor en la zona peribucal o zonas mas extensas con urticaria) con o sin síntomas digestivos (nauseas, bocanadas o vómitos), pudiendo llegar a producir dificultad respiratoria y otros síntomas graves de anafilaxia ( mareo, desvanecimiento, hipotensión..).
Con estos síntomas es muy importante diagnosticar si los síntomas son o no de causa alérgica que pueden ocasionar anafilaxia (alergia mediada por IgE), por lo que se debe realizar una valoración alérgica del niño (pruebas cutáneas y/o sanguíneas de alergia con anticuerpos recombinantes a las proteínas específicas del huevo), y una vez confirmado el diagnóstico indicarle todos aquellos alimentos que debe evitar en la alimentación (por contener huevo o trazas de huevo).
Es frecuente que aunque nunca tome el niño proteínas del huevo su organismo vaya adquiriendo tolerancia a estas proteínas, y aproximadamente un 65-70% de los niños pueden ingerir proteínas de huevo a los 4-6 años sin presentar reacciones alérgicas. Por ello, debemos hacer un seguimiento de su hijo para determinar cuando puede haber adquirido tolerancia a estas proteínas (en base a los estudios alérgicos realizados) y cual es el momento mas idóneo para la introducción de estas proteínas realizando pruebas de provocación. En este momento podremos realizar pruebas de provocación con huevo, que la mayoría de los casos inicialmente se realizan con huevo cocido y posteriormente con clara de huevo.
Aproximadamente el 35% de los niños con alergia confirmada a proteínas del huevo no desarrollan tolerancia y siguen presentando
alergia al huevo a los 16 años. A partir de los 4-6 años edad, en el caso que su hijo siga presentando alergia y no pueda comer proteínas del huevo podemos iniciar el tratamiento de inmunoterapia oral mediante la desensibilización o inducción de tolerancia oral a las proteínas del huevo (ITO), en el que de forma progresiva se van administrado dosis progresivas de proteínas de huevo, mediante protocolo que podemos realizar con dos formas: a) ITO con huevo horneado, en el que progresivamente se van administrando dosis progresivas de huevo en alimentos cocinados a altas temperaturas, o b) ITO con clara de huevo, en el que se administran dosis progresivas de clara de huevo cruda. Estos tratamientos son muy eficaces y permiten que su hijo puede ingerir proteínas de huevo en su alimentación.
Esta enfermedad requiere el diagnostico, seguimiento y tratamiento por Pediatras con experiencia en:
- Diagnóstico, manejo y seguimiento de pacientes con alergia a proteinas del huevo.
- Prick-Test a antigenos a las diferentes proteínas del huevo.
- Diagnósico y seguimiento de anticuerpos recombinantes en en pacientes alérgicos a las proteínas del huevo.
- Pruebas de provocacion oral en pacientes con alergia persitente a proteìnas del huevo.
- Experiencia en inmunoterapia oral con huevo elaborado para la desensibilización alérgica de pacientes con alergia persistente a proteínas del huevo.
- Inmunoterapia oral con clara de huevo para la desensibilización alérgica de pacientes con alergia persistente a proteìnas del huevo.
Alergia a pescados, frutos secos y otros alimentos
Cada vez son más frecuentes los niños con reacciones alergias alimentarias relacionadas con pescados, frutos secos, mariscos, vegetales, frutas, etc, .., pudiendo aparecer con cualquier alimento (incluidos colorantes y conservantes de los alimentos). En ocasiones estas reacciones alérgicas se producen con múltiples alimentos, siendo casos muy difíciles de diagnosticar y con frecuencia impiden a los niños ingerir gran cantidad de alimentos, existiendo gran preocupación y miedo tanto por los niños como por sus padres.
Los síntomas de la alergia alimentaria aparecen en la mayoría de las ocasiones en los 5 a 20 minutos de haberlo comido (a veces incluso con el contacto), siendo los más frecuentes síntomas locales (picor de boca, garganta o enrojecimiento en la zona de contacto o alrededor de la boca), síntomas cutáneos (zona enrojecida en cara, cuello o reacción de urticaria generalizada) siendo frecuente que se acompañen de síntomas digestivos (nauseas, dolor abdominal o vómitos), y en algunos casos la reacción alérgica puede llegar a ocasionar dificultad respiratoria y otros síntomas graves de anafilaxia (sensación de opresión torácica, mareo, desvanecimiento, hipotensión..).
Ante una reacción alérgica a cualquier alimento es muy importante determinar si los síntomas son de causa alérgica mediada por IgE ya que pueden ocasionar anafilaxia, un cuadro grave con alto riesgo para el niño. Para el diagnóstico de la alergia alimentaria se debe hacer una historia clínica detallada y una valoración alérgica del posible alimento implicado (pruebas cutáneas con antígenos comerciales del alimento o prick-prick con el propio alimento, análisis sanguíneos de anticuerpos IgE específicos frente a los antígenos de dicho alimento). Tras establecer el diagnóstico de alergia alimentaria mediada por IgE podremos indicarle las medidas de prevención de futuras reacciones alérgicas (dieta de exclusión específica) así como las recomendaciones y tratamiento (incluida en los casos graves la administración de adrenalina autoinyectable) que los padres deben saber manejar en caso de que su hijo presente una reacción anafiláctica grave.
Con relativa frecuenta los niños son alérgicos a varios alimentos. En los casos de alergia alimentaria multiple hay que estudiar las posibles proteínas que comparten dichos alimentos con la finalidad de aclarar aquellos alimentos que pueden ser de riesgo de anafilaxia
para el niño. La realización de una historia clínica detallada y la realización exámenes complementarios específicos a los diferentes alimentos implicados en las reacciones alérgicas (pruebas cutáneas a alimentos y anticuerpos recombinantes IgE específicos a las proteínasy/o antígenos del alimento) nos permitirán identificar los antígenos que producen la alergia y los alimentos que pueden contener esos antígenos, que deben estar excluidos en la alimentación del niño.
Es frecuente que los niños vayan realizando tolerancia a algunos alimentos y que puedan ingerir el alimento. Por ello, antes de incorporar dicho alimento es necesario conocer en que momento el niño ha adquirido tolerancia a estas proteínas realizando una valoración del estado de alérgico (pruebas cutáneas de alergia y/o pruebas sanguíneas para medir los anticuerpos IgE específicos frente al alimento específico), lo cual nos permitirá conocer el momento más idóneo para la introducción de estas proteínas, que realizaremos con una prueba de provocación controlada con ese alimento (con estrecha vigilancia médica).
Recientemente ha sido aprobada una inmunoterapia sublingual en niños alérgicos a proteínas transportadoras de lípidos (LTP), proteínas que frecuentemente producen anafilaxia con reacciones alérgicas graves al comer o tocar la piel de diferentes alimentos, como la piel del melocotón y otras frutas, estando además este antígeno presente en otros alimentos como vegetales, frutos secos, hortalizas o verduras. Esta inmunoterapia está demostrando ser eficaz en niños con alergias a múltiples alimentos que tienen esta proteína (LTP) y que les provoca frecuentes episodios de reacciones alérgicas y anafilaxia cuando ingieren estos alimentos.
Estas enfermedades requieren el diagnostico, seguimiento y tratamiento por Pediatras con experiencia en:
- Diagnóstico, manejo y seguimiento de niños con alergia alimentaria mediada por Ig E y alergia alimentaria.
- Prick-Test y Prick-Prick con alimentos.
- Diagnósico y seguimiento de anticuerpos recombinantes en pacientes con alergia alimentaria simple y múltiple.
- Experiencia profesional con Inmunoterapia en pacientes con alergia alimentaria grave a LTP.
Urticaria alérgica
La aparición de urticaria es muy frecuente en niños y adolescentes. La urticaria se caracteriza por la aparición de zonas de piel enrojecidas con mucho picor (pruriginosas), con pápulas elevadas que a veces se acompañan de inflamación (angioedema), pudiendo ser localizada (generalmente causada por irritantes, plantas, pólenes, picaduras de insectos abejas…) o urticaria extensa (con frecuencia ocasionada por infecciones víricas, bacterias, alimentos, medicamentos…), desconociéndose la causa de la urticaria en más del 30% de los casos.
El 15-20% de los casos de urticaria son de origen alérgico, destacando en nuestro medio alérgenos del ambiente (ácaros del polvo, pólenes de olivo, salsola…), animales (contacto con pelo de gato, perro, caballo…), contacto con alimentos (piel del melocotón y algunas frutas, contacto con pescados o mariscos…) y las reacciones de urticaria generalizada o reacciones anafilácticas graves que pueden ocasionar las alergias por ingestión de
alimentos (la mayoría de los alimentos pueden ocasionar reacción alérgica generalizada), administración de medicamentos (anti-inflamatorios, penicilinas y derivados…), por picadura de insectos, etc.
Tras una historia clínica y exploración detallada, así como la realización de estudio de alergia, podremos analizar si la urticaria tiene o no un componente alérgico, lo que nos permitirá instaurar medidas de prevención adecuadas (recomendaciones para evitar el contacto con el antígeno, enseñar el manejo de adrenalina autoinyectable para los casos graves, etc), así como realizar tratamientos específicos según la causa de la alergia (desensibilizaciones a proteínas de leche o de huevo, inmunoterapia a alérgenos ambientales, inmunoterapia a LTP en alergias graves a piel de melocotón y otros alimentos, inmunoterapia a himenópteros, etc).